Mosquitos, ¿cómo eligen a quién picar?

¿Qué es lo que más odiáis del verano? Yo sin duda los mosquitos, pero creo que es una antipatía muy presente en nuestra sociedad. Sus picaduras y sus zumbidos persistentes pueden arruinar cualquier plan, desde una noche con amigos, un viaje, un paseo por el campo o el más placido de los sueños.

Pero más allá de las molestias que puedan causarnos, los mosquitos son vectores de enfermedades letales para el ser humano. Las enfermedades transmitidas por mosquitos causan millones de muertes en todo el mundo cada año con un efecto desproporcionado en los niños y los ancianos de los países en desarrollo.

Hay más de 3.000 especies de mosquitos, pero los miembros de tres tienen la responsabilidad principal de la propagación de enfermedades humanas. Los mosquitos Anopheles son la única especie que se sabe que transporta la malaria. También transmiten filariasis (también llamada elefantiasis) y encefalitis. Los mosquitos Culex transportan encefalitis, filariasis y el virus del Nilo Occidental. Y los mosquitos Aedes, de los cuales el voraz tigre asiático es miembro, llevan fiebre amarilla, dengue y encefalitis.

Los mosquitos transmiten la enfermedad de diversas maneras. En el caso de la malaria, los parásitos se adhieren al intestino de un mosquito hembra y entran en un huésped mientras se alimenta. En otros casos, como la fiebre amarilla y el dengue, un virus entra en el mosquito a medida que se alimenta de un humano infectado y se transmite a través de la saliva del mosquito a una víctima posterior.

Los mosquitos utilizan el dióxido de carbono exhalado, los olores, la temperatura, y el movimiento para elegir a sus víctimas. Sólo los mosquitos hembra tienen las partes bucales necesarias para chupar sangre. Al morder con su probóscide, apuñalan dos pequeños tubos en la piel: uno para inyectar una enzima que inhibe la coagulación de la sangre; el otro para chupar la misma. Utilizan la sangre no para su propia nutrición, sino como una fuente de proteína para sus huevos.

Muy bien, ¿pero por qué si estamos dos en la misma cama me pican solo a mi? Hay varias teorías al respecto.

Puede ser que estés produciendo mucho ácido láctico porque estás sudando mucho, lo cual también puede producir olores corporales por los que se sientan atraídos. Siguiendo en la misma línea, si has hecho mucho deporte, has bebido alcohol o estás embarazada, entre otros factores, tu tasa metabólica se puede incrementar y con ello aumenta la liberación de CO2, que como a hemos dicho es uno de los factores clave para seleccionar a sus víctimas.

Otro factor a tener en cuenta es el grupo sanguíneo, un estudio en el Journal of Medial Entomology demostró que los mosquitos suelen preferir picar a personas de grupo sanguíneo O frente a las del grupo sanguíneo A.

Pero esto no es lo más interesante del post, si no me crees no te pierdas el siguiente.

Si hay algo que caracteriza las cenas de las noches de verano es el típico foco plagado de mosquitos ¿pero por qué pasa esto?

Al igual que los navegantes hace miles de años, los mosquitos en particular, y los insectos nocturnos en general, utilizan la luz de los astros como guía cuando van en busca de alimento.

Como estos navegantes, los mosquitos ven la luz de la luna o de las estrellas en la lejanía, y la usan como guía, de manera que fijan este punto de luz y lo sigue. Si sigo avanzando y el punto de luz no se mueve sabré que no he modificado mi trayectoria y que sigo en línea recta. Pero ¿qué pasa cuando el punto de luz no está a millones de kilómetros sino a escasos 20 metros? Pues que aunque lo fijes, e intentes mantener una trayectoria recta, siempre conseguirás alcanzar el punto de luz, dejándolo a alguno de tus lados, de manera que pensarás que has modificado tu trayectoria hacia un lateral.

Es por esto que los mosquitos, en un intento frustrado de mantener su trayectoria constante, realizan correcciones de la misma cada poco tiempo, lo que finalmente deriva en espirales cada vez más pequeña hasta que terminan chocándose con la fuente de luz. La contaminación lumínica es un gran problema para los insectos voladores nocturnos, las luciérnagas por ejemplo tienen problemas para identificar los destellos de otras luciérnagas en lugares con mucha contaminación lumínica. Este exceso de luz puede ser además un problema para los insectos que se aparean entre el anochecer y el amanecer, disminuyendo sus posibilidades de encontrar pareja y producir descendencia

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