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Pseudoterapías, terapías alternativas y tratamientos alternativos, sinónimos de una gran estafa.

Para comenzar bien este artículo deberíamos incidir en un aspecto que es muy importante y no se le presta la atención que debería, el léxico que utilizamos. No debemos contribuir a la perpetuación de nombres como terapias alternativas o tratamientos alternativos ya que un tratamiento se emplea para curar o aliviar una enfermedad y no existe evidencia científica de que estas prácticas pseudocientíficas lo hagan. El hecho de tener incluidas las palabras terapia o tratamiento hace que se transmita una sensación de seguridad a los clientes potenciales por asociación a la medicina. Es esta sensación de seguridad unida a la relajación y tranquilidad que producen muchas de estas prácticas, lo que potencia el efecto placebo en los clientes y con ello la impresión de una mejoría inexistente.

Por otra parte, habría que destacar que los tratamientos convencionales lo son debido a un largo proceso de aceptación por medio de ensayos clínicos que culminan con la su validación en seres humanos. Estas prácticas alternativas se ponen al servicio del público sin dicha aceptación. Esto puede ser realmente perjudicial para el cliente ya no solo por los efectos adversos que puedan causar en las personas sino por la privación a la que se somete al paciente de recibir la terapia médica que le corresponde. Sería bueno recordar, que los ensayos clínicos están basados en el principio de beneficencia hacia los pacientes o lo que es lo mismo de no maleficencia. Esto implica no solo no hacer daño al paciente sino también no privarle de algo que es beneficioso para él intencionadamente.

Según una encuesta realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), el 5% de la población, 2.000.000 de personas aproximadamente, ha sustituido el tratamiento real por una de estas prácticas. Se calcula, además, a través de un estudio del CIS, que en torno a 800.000 pacientes oncológicos habrían abandonado o retrasado la terapia que les correspondía por hacer uso de estas prácticas. Esto incrementa la posibilidad de morir en dichos pacientes en un 14%. Sin embargo, si se trata de cánceres más agresivos los datos son aún más preocupantes: las probabilidades de muerte en pacientes con cáncer de mama se disparan hasta un 470% y un 360% en caso de cáncer colorrectal, según el mismo estudio.

No obstante, hoy en día sigue siendo muy difícil estimar los casos reales de muertes derivadas del uso de estas prácticas. La razón de ello es la misma que provoca que estas prácticas no hagan sino aumentar en nuestro país, la falta de regulación a nivel nacional. Debido a esta necesidad inmediata de una regulación, la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) tiene en su página web un link que permite firmar un manifiesto europeo contra lo que hoy conocemos como pseudoterapias.  

Así pues, es necesario una movilización masiva y conjunta por parte de todos los que formamos parte de la comunidad científica para presionar a las autoridades con el fin de buscar una solución a este gran problema que afecta a la salud de millones de personas en nuestro país y en todo el mundo.

Dentro de estas pseudoterapías encontramos según la APETP:

La acupuntura, angeloterapia, apiterapi, aromaterapia, ayurveda, biomagnetismo, terapia biomágnética o terapia del par biomagnético, bioNeuroEmoción, psicobiodescodificación o biodescodificación, biopuntura, brainspotting, cirugía psiquica, comunicación facilitata, constelaciones familiares, craneo-sacral o Biodinámica, cristaloterapia, cromoterapia, cupping o terapia de las ventosas, dianética, dieta alcalina, dieta macrobiótica, EMDR (Desensibilización por medio de movimientos oculares), flores de Bach, helioterapia o fototerapia (no confundir con la terapia real con su mismo nombre), hidroterapia de colon, hidratación colónica o hidrocolonterapia, hipnoterapia o terapia hipnótica, homeopatía, iriodología, iriología o iridiología, iriogenética, johrei, medicina antroposófica, medicina biológica u homotoxicología, medicina holística, método Dorn, microinmunoterapia, MMS o suplemento mineral milagroso, moxibuxtión o terapia con artemisa, naturopatía, Nueva Medicina Germánica, odontología biológica y neurofocal, orinoterapia, osteopatía, ozonoterapia, péndulo hebreo, psicoanálisis, psicología transpersonal, psicomagia, quiropráctica o quiropraxia, reflexología, terapia zonal o acupresión (incluye a la reflexología podal, reflexología palmar, auriculomedicina, etc), reiki, reinformación celular, renacimiento o rebirthing, sanación enteogénica, sanación por arquetipos, sanación cuántica, sanación pránica, shiatsu, suero de anguila, talasoterapia, técnica de liberación emocional (EFT), técnica metamórfica, terapia bioenergética, terapia energética o análisis bioenergético, terapia de vidas pasadas, terapia Gerson o dieta Gerson, terapia Gestalt o terapia humanista, terapia neural, terapia ortomolecular, medicina ortomolecular, nutrición ortomolecular o terapia de las megavitaminas, terapia orgónica o vegetoterapia caráctero-analítica, terapia quelante, terapia radiónica, terapias láser, thetahealing, toque terapéutico y sonoterapia.

Biotalento: Rafael Selgas

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