Nuestra Microbiota:
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro aparato digestivo, gracias a los cuales nos mantenemos con vida ya que nos ayudan en una gran diversidad de procesos vitales. Entre esta vida microscópica encontramos hongos, virus, arqueas, eucariotas y, sobre todo bacterias.
¿Qué relación hay entre la microbiota y la depresión?
Todos estos elementos convergen en torno al eje Cerebro-Intestino-Microbiota, es decir, la interacción que hay entre estos tres componentes y como se afectan mutuamente.
El estado normal del eje se altera en casos de Disbiosis, que es un estado alterado de la composición de nuestra microbiota a nivel cualitativo y cuantitativo (esto significa que no tenemos la diversidad que deberíamos tener). Son muchos los estudios que relacionan este desequilibrio con diferentes trastornos psiquiátricos además de la depresión, tales como esquizofrenia, el autismo y muchos otros.
Los mecanismos que unen procesos de disbiosis y trastornos mentales son muchos y muy variados. Pero en este caso iremos a lo más elemental ¿Qué pasa si eliminamos toda la microbiota? ¿está la composición de la microbiota directamente relacionada con la depresión?
Estudios.
Un estudio realizado por (Zheng et al. 2016) trabajó con ratones sin microbiota, ratones “Gut Free” (GF). Este estudio muestra que la ausencia de microbiota provoca conductas depresivas ya que afecta a los sistemas serotoninérgicos del cerebro, que esta ligado a la patogenia de la depresión.
También se vio que la microbiota difiere mucho entre un paciente depresivo y una persona sana. Sabiendo esto, se comprobó también si este factor tenía un papel en el desarrollo de la depresión. Para ello, se realizaron Trasplante de Microbiota Fecal (esto es un tratamiento que permite recuperar una microbiota afectada a partir de un donante sano gracias a un preparado a partir de las heces del donante) a dos grupos de ratones GF. Uno de ellos recibió microbiota de un paciente con depresión, y el otro recibió la microbiota de un paciente sano. El resultado final fue que el grupo que recibió la “microbiota depresiva” desarrolló sintomatología depresiva, y el que recibió microbiota sana, recuperó su conducta habitual
Actualmente estoy realizando el TFG sobre esta temática, pero con un enfoque algo más amplio, ya que incluyo otros mecanismos en los que se dan las interacciones en el eje Cerebro-Intestino-Microbiota, otras enfermedades (depresión, esquizofrenia, etc) y sobre todo la posibilidad de usar tratamientos moduladores de la microbiota (probióticos, prebióticos, Transplantes Fecales) para ayudar a entender y tratar estas enfermedades. Es un tema interesantísimo y en el que espero poder seguir trabajando en un futuro.
Referencias:
Chand, Suma P., y Hasan Arif. 2020. «Depression». En StatPearls. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK430847/.
Mangiola, Francesca. 2016. «Gut Microbiota in Autism and Mood Disorders». World Journal of Gastroenterology 22 (1): 361. https://doi.org/10.3748/wjg.v22.i1.361.
Martin, Clair R., Vadim Osadchiy, Amir Kalani, y Emeran A. Mayer. 2018. «The Brain-Gut-Microbiome Axis». Cellular and Molecular Gastroenterology and Hepatology 6 (2): 133-48. https://doi.org/10.1016/j.jcmgh.2018.04.003.
Zheng, P, B Zeng, C Zhou, M Liu, Z Fang, X Xu, L Zeng, et al. 2016. «Gut Microbiome Remodeling Induces Depressive-like Behaviors through a Pathway Mediated by the Host’s Metabolism». Molecular Psychiatry 21 (6): 786-96. https://doi.org/10.1038/mp.2016.44.